El gym

Foto por Annie Spratt

Yo no dejo el gym, él me deja a mí. 

Con la excusa de que esta muy estresado porque en estas fechas hay mucha gente, ya sabes por las resoluciones de Año Nuevo, y yo le creo, pero sé que me miente porque pasó un jueves y veo que aún hay muchos parqueos vacíos.

Entonces digo que igual y no lo necesito porque los tamalitos ya no me engordan, pero no es cierto porque ya le abrí otro agujero al cincho y los botones de la camisa ya están por ceder. 

Yo no dejo al gym él me deja a mí, pero regresaré a buscarlo (por allí por marzo) cuando el cargo de conciencia por tragar como cerdo sea más grande que el orgullo y todos se hayan ido. Pero antes de Semana Santa me dejará otra vez con la misma excusa, y yo le creeré porque después de todo yo también ando buscando excusas para no volverlo a ver…