Hoy te vi no existiendo

Segunda placa de "Yet Another Dance of Death."

Hoy te vi de nuevo, cuando me adentraba a mi casa, te vi como realmente eres, te vi fría y sin alma, te vi ensimismada en tu cansada coraza.

Marchaste delante de mí y te hiciste creer que me lanzabas fuego y ardía, pero no te preocupes, que la punta del puñal, muerte mía, en la espalda dibuja con sangre sequía.

¡Ay! muerte mía, amada y agotada muerte. ¿Cómo es que te haces llamar durante el día? Si incluso bajo el sol, te marchitas la vida.

No cambias, triste e insalvable tu perdición a petición. Me viste de reojo aun cuando querías masticar mi corazón, te mordiste el enojo para hacerme el amor, te mordiste a ti misma como siempre lo haces, te torturas torturándome, y te niegas amarme, muerte mía, en la espiral inconstante.

Yo hoy te vi de nuevo, seca y fría, húmeda e inmaterial y aunque eres bella sigues vacía. Muerte mía, no te quiero de regreso, te quiero ver, sí, en la no existencia de mí, ya no te nombro y si lo hago no siento que he pecado. Marchaste junto a mí y me saludaste de reojo aun cuando te abrazo para fundirme azotante.

¿Por qué ya no abrazas muerte mía? ¿Tan elevada te tiene la cofradía?

¡Ay! Muerte mía, amada y agotada muerte, que joven te vi hoy, pero sucia amada mía, ¿cuándo te limpiarás muerte mía?
Fui yo quien se detuvo a saludar, no te reclamo el haberte visto, muerte mía, te lo digo para que me dejes pasar, me dejes vivir.
¡Me dejes en paz!

Hoy te vi de nuevo, te vi de nueva, te vi como eres, lenta y fría, rápida y de fuego, hoy te vi de nuevo muerte mía, ya me tuviste y me fui, te alejaste y me alejé ¿por qué aun te rebuznas muerte mía? Deja ya las pantallas que te recubren el pecho, la faz y la máscara, deja ya de creer que otra puedes ser, déjate ya muerte mía, muerte mía, muerte mía,
déjate ya de llamarme tuyo y vete, lejos de mí muerte mía, vete ya, vete a recoger otra alma que la mía, muerte mía.