Desde el principio,
lo nuestro estaba destinado a no ser.
Y estaba perdiéndote,
sin haberte tenido alguna vez.
Me estaba encargando de alejarte,
al pedirte que lo hicieras.
Y claro, vos obedientemente lo hiciste.
Pero en el fondo,
quería que te quedaras.
Quería que me llevaras la contraria.
Que no respetaras lo que te pedía.
Que me dijeras que querías seguir conmigo
y que no te alejarías.
Pero no.
Te alejaste porque querías darme espacio.
El espacio que te pedía.
Creando un abismo entre los dos.